Un cambio "técnico" deja fuera a unos 10.000 desempleados
A menos de un mes de las elecciones, el cambio que Trabajo considera meramente técnico se convierte en un arma electoral. El PP calcula que la medida dejará fuera de las listas de parados a unas 42.000 personas, según publican Abc y El Mundo.
El 1 de febrero entró en vigor la reforma, que consiste en que aquellos demandantes que no tienen formación para realizar el trabajo que les gustaría o están desorientados sobre sus pretensiones de futuro se clasifiquen en una casilla bajo el epígrafe "demandantes de servicios previos al empleo", según un portavoz oficial del Ministerio de Trabajo.
Éste pone como ejemplo el caso de un joven que haya terminado la educación obligatoria y no sepa bien hacia qué sector orientarse y tampoco acepta trabajar en cualquier empleo sin cualificación necesaria. En la medida que esa persona necesita una formación se le deriva a una escuela-taller u otro tipo de entidades de enseñanza orientada al empleo.
El ministerio explica que hasta ahora cada funcionario de los servicios de empleo incluía estos casos donde les parecía, sin criterio uniforme. Ahora se ofrece esa nueva casilla.
El portavoz del ministerio que encabeza Jesús Caldera explica que el cambio en la clasificación fue propuesta por los técnicos en junio y tratada en una reunión de los responsables autonómicos de los servicios públicos de empleo el pasado 18 de enero.
Trabajo recalca que desde el año 2000 el Gobierno no tiene capacidad para intervenir en cómo se contabilizan los parados ya que son las comunidades autónomas las que realizan los cómputos y luego los remiten al ministerio.
En ese sentido, el citado portavoz subraya que la norma se enmarca en el desarrollo del sistema informático SISPE y que cada comunidad autónoma es libre de incluir o no la nueva casilla en sus formularios electrónicos. También señala que en la reunión del 18 de enero hubo acuerdo entre los participantes y señala a la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP, como origen de una información que consideran intoxicada. En todo caso rechaza que haya ninguna intencionalidad política en el cambio. Cuando se propuso "en junio no había ningún problema de creación de empleo", arguye.
Con todo, el efecto del cambio en el cómputo no ayudará mucho a mejorar las pésimas cifras de empleo 2.129.547 parados en España tras el incremento de 132.378 de enero, el mayor en cinco años.
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