Comisiones Obreras es también nuestra. No pertenece solo a Toxo, o a Fidalgo, ni es propiedad del Consejo Confederal.
Durante muchos años hemos visto como los dirigentes de nuestro sindicato han reducido a la mínima expresión el carácter combativo de nuestra organización, arropándose en una legitimidad sobrevenida de una democracia interna, que provoca que participen menos del 20% de los afiliados desde el principio hasta el final de un proceso congresual, pero al parecer eso solo nos preocupa a unas y unos pocos .
El último acto de esta deriva reformista, ha sido la firma del acuerdo de la reforma de pensiones, cuyo resultado es el cabreo, la indignación, y finalmente portazo de mu¬chos compañeros válidos.
Feliz viaje a ninguna parte a los que se van, y desde el mayor de los respetos, decirles que nosotras y nosotros nos quedamos. Comprendemos su indignación, su hastío y su rabia, pero nosotras y nosotros las transformamos en energía y determinación.
No podemos abandonar lo que es nuestro, porque detrás de las siglas de CC.OO. no está solo Toxo, estamos también nosotros. Las y los afiliados y delegados que día a día nos partimos la cara por ganar o defender pequeños espacios de dignidad para la clase trabajadora de este país. Porque somos nosotras y nosotros, los militantes de a pie, los que hacemos de CC.OO. la mayor organización obrera de este país. Porque detrás de sus siglas hay años de lucha y penurias, de cárcel y camaradería, y no podemos regalarles todo eso.
Irse, abandonar, sería como darles la razón, cederles lo que hemos construido entre todos y todas, y nosotros nos negamos. No vamos abandonar a la clase trabajadora, al millón doscientos mil afiliados a su suerte y a merced de los “profesionales del sindicalismo”.
Qué bien y que cómodos estaríamos en nuestras casa, o creando nuestro propio sindicato, pero a su vez qué lejos estaríamos de la clase obrera organizada. Nosotras y nosotros no estamos en este viaje para estar cómodos, si no para luchar, y ahora más que nunca debemos luchar por hacer de CC.OO. lo que nunca debió de dejar de ser: un Sindicato de clase y combativo. Por eso camaradas, amigos, ahora no toca lamentarse ni dar portazos; ahora toca alimentar las posiciones CRÍTICAS que desde dentro quieren dar una patada a los que ya no recuerdan qué es lo que hay detrás de las siglas de CC.OO.
Ahora más que nunca debemos de decir alto y claro:
Feliz viaje a ninguna parte a los que se van, y desde el mayor de los respetos, decirles que nosotras y nosotros nos quedamos.
YO NO ME VOY, QUE SE VAYAN ELLOS.
Durante muchos años hemos visto como los dirigentes de nuestro sindicato han reducido a la mínima expresión el carácter combativo de nuestra organización, arropándose en una legitimidad sobrevenida de una democracia interna, que provoca que participen menos del 20% de los afiliados desde el principio hasta el final de un proceso congresual, pero al parecer eso solo nos preocupa a unas y unos pocos .
El último acto de esta deriva reformista, ha sido la firma del acuerdo de la reforma de pensiones, cuyo resultado es el cabreo, la indignación, y finalmente portazo de mu¬chos compañeros válidos.
Feliz viaje a ninguna parte a los que se van, y desde el mayor de los respetos, decirles que nosotras y nosotros nos quedamos. Comprendemos su indignación, su hastío y su rabia, pero nosotras y nosotros las transformamos en energía y determinación.
No podemos abandonar lo que es nuestro, porque detrás de las siglas de CC.OO. no está solo Toxo, estamos también nosotros. Las y los afiliados y delegados que día a día nos partimos la cara por ganar o defender pequeños espacios de dignidad para la clase trabajadora de este país. Porque somos nosotras y nosotros, los militantes de a pie, los que hacemos de CC.OO. la mayor organización obrera de este país. Porque detrás de sus siglas hay años de lucha y penurias, de cárcel y camaradería, y no podemos regalarles todo eso.
Irse, abandonar, sería como darles la razón, cederles lo que hemos construido entre todos y todas, y nosotros nos negamos. No vamos abandonar a la clase trabajadora, al millón doscientos mil afiliados a su suerte y a merced de los “profesionales del sindicalismo”.
Qué bien y que cómodos estaríamos en nuestras casa, o creando nuestro propio sindicato, pero a su vez qué lejos estaríamos de la clase obrera organizada. Nosotras y nosotros no estamos en este viaje para estar cómodos, si no para luchar, y ahora más que nunca debemos luchar por hacer de CC.OO. lo que nunca debió de dejar de ser: un Sindicato de clase y combativo. Por eso camaradas, amigos, ahora no toca lamentarse ni dar portazos; ahora toca alimentar las posiciones CRÍTICAS que desde dentro quieren dar una patada a los que ya no recuerdan qué es lo que hay detrás de las siglas de CC.OO.
Ahora más que nunca debemos de decir alto y claro:
Feliz viaje a ninguna parte a los que se van, y desde el mayor de los respetos, decirles que nosotras y nosotros nos quedamos.
YO NO ME VOY, QUE SE VAYAN ELLOS.
* Fernando Ibañez es el Sº de Movimiento Obrero del Partido Comunista de España en Aragón.
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