Este II Acuerdo supone un giro en la política sindical y un distanciamiento entre lo que se dice y lo que se hace: en el Manifiesto Público del 25 de Mayo de 2011 se decía que para ello era preciso: 1) forzar un cambio en la orientación de las políticas europeas; 2) promover una reforma fiscal; 3) reformar el sistema financiero; y 4) establecer mecanismos de control de los precios “que tenían que ser compatibles con el mantenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras”.
En el Acuerdo se concretan todos los sacrificios de los trabajadores, mientras los de los empresarios quedan en meras declaraciones de intenciones. En concreto, ¿cómo nos afecta? 1º) En materia salarial supone un duro recorte en los ingresos de los trabajadores, puesto que sobre unos salarios ya recortados se pactan máximos del 0.5 para el primer año y 0.6 el segundo y tercero, cambiando una revisión vinculada al IPC por una “llamada cláusula de actualización”, que incluyen el IPC armonizado de la zona euro y el precio internacional del petróleo. Además potencia los salarios variables, mientras no se fijan mecanismos de limitación de los beneficios. 2º) En cuanto a la flexibilidad interna, la distribución irregular de la jornada se convierte en la norma, se recomienda que el empresario disponga del 10% de la jornada anual ordinaria para distribuir irregularmente y de una bolsa de cinco días para alterar el calendario laboral. Mientras tanto no se concreta cómo se va a garantizar la conciliación de la jornada laboral, máxime cuando su intención es tenernos disponibles 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año. 3º) Respecto a la movilidad funcional, se llama a cambiar los sistemas de clasificación profesional basados en categorías por aquellos formados por grupos profesionales. Es decir, se garantiza la polivalencia para poder hacer lo mismo con menos personas y todo esto sin reparto del aumento de la productividad. Sumado a todo ello, se garantiza la inaplicación de las condiciones pactadas si los empresarios alegan causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
Para terminar, es importante enfatizar la discrepancia existente entre el sentir de la mayoría de delegados/as y los escasos 13 votos en contra que obtuvo la oposición al Acuerdo en el Consejo Confederal. Asimismo, reiteramos nuestra convicción de que este Acuerdo, lejos de generar empleo, precarizará el ya existente y por último, a sabiendas de que es un Acuerdo obligacional y no normativo, dificultará enormemente el avance en la negociación de los convenios y por extensión de las condiciones de trabajo.
Madrid, 7 de febrero de 2012
Votos a Favor 42 En contra 20 Abstenciones 0
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