Juan Antonio Romero Sánchez
No soy yo martillo de herejes, ni pretendo ninguna crítica destructiva que le haga daño a mi organización política y social. Mi objetivo no es otro que explicar algunas cosas que ocurren dentro y fuera de Izquierda Unida y como ahora no tengo ningún cargo directivo escribo constructivamente para que sirva de reflexión interna. Sigo muy atentamente todas las noticias que están relacionadas con Izquierda Unida y me sorprende de la poca ética ó moral revolucionaria que tienen Gaspar Llamazares y quienes más le siguen apoyando.
Estos dirigentes hablan mucho de tener más y mejor ética que los líderes del PCE, pero en su practica demuestran todo lo contrario y a los hechos me remito. En 1982 tuvo el PCE malos resultados electorales y por ellos dimitió Santiago Carrillo. Un líder comunista de la vieja guardia y con un prestigio personal y político muy superior a una docena de estos llamazaristas. En aquella ocasión tenía España 26.846.940 de electores y el PCE sacó 846.515 votos, que equivalían al 4,02 por ciento de los 21.050.038 de votantes válidos. Aquel resultado creó una mala situación interna y los comunistas del PCE vimos bien que Gerardo Iglesias recondujera nuestro proyecto político.
Gerardo Iglesias hizo posible la creación de Izquierda Unida y con ella fue nuestro candidato a las Elecciones Generales de 1986. Entonces tenía España 29.117.613 de electorales y nuestras candidaturas consiguieron 935.504 votos, que equivalían al 4,63% de los 20.202.919 de votantes válidos. Aquel resultado tampoco satisfizo a casi nadie y Gerardo Iglesias, con una moral superior a la que hoy demuestran los llamazaristas, asumió su parte en la derrota y pronto dimitió de todos sus cargos, dejándole el relevo a Julio Anguita.
Julio Anguita puso a Izquierda Unida con 2.639.774 votos, que equivalían a un 10,54% de los 25.046.276 de votantes válidos que España tuvo en las Elecciones Generales de 1996, y desde que él dimitió, por razones de salud, Gaspar Llamazares sólo ha sabido cosechar una derrota detrás de otra, pués ya hemos perdido 1.676.734 votos, aparte de 19 diputados y la influencia económica, política y social que ello supone. Sin embargo, este pésimo líder ni dimite ni asume ninguna responsabilidad en las debacles electorales que hemos tenido desde el año 2000 para acá. Muy al contrario, le echa la culpa a los líderes del PCE y en lugar de dimitir lo que hace es rodearse de incondicionales y tratar de seguir mandando y mangoneando a sus anchas.
Uno de esos incondicionales es Javier Madrazo, Coordinador General de Ezker Batua-Berdeak, el cúal fue aplaudido cuando sacó 102.342 votos en las Elecciones Generales del 2004, pero desde entonces ha caído en picado y ni siquiera se inmuta después de que en las Autonómicas del 2005 perdiera 37.411 votos y en estas Generales 52.219 sobre aquellas. ¿Nadie le pide responsabilidades después de que Izquierda Unida haya perdido en Euskadi el 51 por ciento de nuestros electores?.
No sé si alguno de estos dirigentes aplaudió aquellas dimisiones que en su dia hicieron Santiago Carrillo y Gerardo Iglesias, pero ambos demostraron tener mucha más ética que Gaspar Llamazares y Javier Madrazo. He dicho. Salud y buen trabajo.
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