BLOG DE LA SECRETARÍA DE MOVIMIENTO OBRERO DEL PARTIDO COMUNISTA DE ARAGÓN


viernes, 4 de enero de 2008

NOTA DE PRENSA: REIVINDICACIÓN DEL SOCIALISMO

PUBLICADO EN HERALDO DE ARAGÓN, 29/12/07. PÁG. 26
Para los que nos definimos de la izquierda, este es buen momento para hacer una serie de reflexiones sobre conceptos que de manera muy sencilla suelen ser analizados de forma superficial, cuando no manipulados.
Comenzaré con el concepto de socialismo. Esta es una definición que comparto : “Ideología política que designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político, basado en la propiedad o posesión democrática de los sistemas de producción y su control administrativo por parte de los productores/trabajadores y del control democrático de las estructuras políticas civiles por parte de la ciudadanía”. Parece claro que no es este el concepto de socialismo que la socialdemocracia liberal del PSOE ha impuesto en la conciencia de la sociedad. Como si “ser socialista” fuera sólo defender el actual sistema electoral, desde una perspectiva de moral laica y humanista.
Pues no. Ser socialista, supone aquello que la fallida transición nos vendió como posible: gestión obrera, democracia directa, redistribución de la riqueza. Frente a eso, lo que nos dieron a cambio de 40 años de luchas y sacrificios, en lugar de socialismo, fue capitalismo.
Democracia debería significar pueblo gobernando, pero en el actual estado capitalista esto no es así, ya que de forma progresiva los partidos políticos se esconden detrás de sillones cada vez más distantes, en instituciones de democracia exclusivamente representativa, desde donde apoyan precarizar y externalizar empleos, especular con el suelo público, privatizar y concertar la sanidad y la educación, y conducirnos a guerras coloniales de la mano de los EE.UU.
Ojala que la asignatura de “Educación para la ciudadanía” sirviera para que nuestros hijos e hijas, e incluso nosotros mismos, nos preguntemos por qué se nos estafó con capitalismo en lugar de democracia, y por qué permanecemos callados.
Así, la política dejaría de ser “el arte de lo posible”, para ser “el arte de hacer posible lo imposible”. Política, las cosas de la ciudadanía, es todo aquello que nos hace ser y no un rebaño artificialmente dividido entre PP y PSOE, nacionalismo y centralismo. Como proponemos desde el PCE, es compatible el derecho de autodeterminación, sin asumir por ello las miopes tesis del nacionalismo, desde un federalismo republicano (por cierto, solo posible con república, esto es, sin monarquía) que integre a los pueblos del Estado.
Se puede reivindicar el papel de Estado y la recuperación del poder de éste, sin que se nos haga comulgar con ruedas de molino para economistas. ¿Cómo que el mercado es el mejor distribuidor de la riqueza? No, no: quien mejor distribuirá la riqueza es quien la produce. ¿Le preguntamos esto a los más de 200 trabajadores de GM que van a ser despedidos, o a las trabajadoras de Mildred?
Otro de los conceptos que nos han transformado por el camino es el de la participación. Los poderes gobernantes, PP y PSOE con la inestimable ayuda de quienes se apuntan al carro de su sistema, pretendiendo reformar lo que no es reformable, nos han convencido de que política es política institucional y que, en cada momento, lo mejor para aquellos a quienes digo representar, es tener mejores resultados electorales.
Es más lógico creer que, si dices defender a los trabajadores, primero bajes a conocer su realidad, hagas tuya la dureza de su trabajo, sus luchas. Si eso es así, un sistema que fuera propiedad de quienes de hecho crean la riqueza de este país, garantizaría que esos mismos trabajadores, el 70% de la sociedad, les darían la oportunidad de gestionarla desde el Gobierno. Pero no. En los 10 millones de votos del PP, hay no menos de 6 ó 7 de trabajadores como usted y yo. Todos los trabajadores que votan centro (donde incluyo al PSOE) y derecha, se han tragado que frente al aumento del margen de beneficios de la banca y la subida del pan, lo mejor es la moderación salarial. La nuestra, claro.
¿Quién defiende todo esto hoy? Desde luego, la izquierda. Pero cuidado, “izquierda” no son “partidos de izquierda”. La izquierda es esa parte de la sociedad que empieza a ser consciente del agotamiento del capitalismo y que mira más allá de esta democracia parcial y tutelada por el euro, la corona o los púlpitos.
El PCE, tiene una alternativa actual, heredera de sus tradiciones y con los ojos puestos, no en las migajas del capitalismo, sino con la ciudadanía que lo sustituirá por el socialismo. Trasmitir esta idea, es la única tarea del PCE, el Partido, no lo olvidemos, de la democracia.

Jesús Caballero Soler
Sº de Comunicación del PCA-PCE

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