“Sí a los espacios públicos. No a la Ordenanza Incívica”

Los manifestantes escenificaron actividades que el reglamento prevé prohibir, como tender la ropa en la calle o jugar a las cartas.
L.F. Zaragoza

Hasta medio millar de personas ironizaron ayer sobre la nueva ordenanza cívica que quiere aprobar el Ayuntamiento de Zaragoza. En la plaza del Pilar, a unos metros de la Casa Consistorial, integrantes de la organización formada para canalizar la protesta escenificaron varias de las actividades que el reglamento prohibiría realizar en la calle, como jugar a las cartas, comer o tocar instrumentos musicales. Agentes de la Policía Nacional pidieron identificaciones en cada uno de los grupos formados para representar las diferentes iniciativas susceptibles de ser, en opinión del colectivo, prohibidas. A medida que transcurrió la mañana, más personas se fueron sumando a la protesta, en la que también participaron un buen número de paseantes curiosos. "A este paso, nos prohibirán vivir", exageró Manuel Alegre sin soltar su trompeta. Músico aficionado, Alegre sentenció: "La ciudad es de los ciudadanos, aunque suene a obviedad. Queremos y respetamos la ciudad, no necesitamos que nos prohíban". "Sí a los espacios públicos, no a la ordenanza incívica", rezaba el lema de la manifestación, compuesta por un collage teatral. Partidos de fútbol, juegos de cartas, malabarismos, picnics, ropa tendida, niños pintando en el suelo, o reparto de octavillas fueron algunas de las actividades. "Es inadmisible que debamos pedir permiso para disfrutar de la calle. Lo que pasa es que necesitan captar fondos por la Expo", criticó Raúl Álvarez, miembro de la plataforma. La Red Ciudadana contra la Ordenanza Incívica, que integra a diversos colectivos políticos, sindicales o vecinales, nació para tratar de frenar una iniciativa que aún se encuentra en fase de estudio y que solo cuenta con el rechazo de IU y CHA. "Pretende provocar miedo y alarma y eliminar el tejido", dijo un portavoz de la organización tras el acto. "El Ayuntamiento pone en el punto de mira -añadió- a las organizaciones ciudadanas". "Cualquier actividad en el espacio público podría ser sancionada. ¿Para qué está la calle, entonces?", se preguntó. "Hace sospechosos a los ciudadanos y criminaliza la pobreza", concluyó. "Queremos trasladar aquí el desacuerdo de los vecinos, sobre todo en lo que toca a prohibir juegos o actividades artísticas", dijo Félix Moreno, de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ). "No estamos a favor de que algunos hagan sus necesidades en la calle, pero hay que concretar; por ejemplo, no se puede prohibir orinar a un niño", recalcó. Moreno no descartó que el colectivo llegase a "impugnar la ordenanza" o incluso a "plantear un contencioso". Desde la misma federación, Miguel Ángel Mallén abogó por un "debate social", un "diálogo con el propio Ayuntamiento" para estudiar "cada uno de los puntos". "En opinión de IU -dijo el concejal de la formación en el Ayuntamiento, José Manuel Alonso-, la ordenanza es innecesaria por tres aspectos: en algunos casos, debe ser objeto de mejores políticas sociales, como dormir en la calle. Luego, las incívicas ya están reguladas, bien en las actuales ordenanzas o en el código penal. En tercer lugar, las relativas a una ocupación del espacio público suponen unas normas elementales de convivencia que ya están autorreguladas". La ordenanza cívica que tramita el Ayuntamiento ya está presente en las principales ciudades de España. En Zaragoza, el reglamento está en fase de estudio, y el equipo de gobierno PSOE-PAR prevé que entre en funcionamiento en los próximos meses. El borrador fue dado a conocer a primeros de diciembre, y ya fue objeto de controversia. Frente a las asociaciones contestatarias, otras se mostraron de acuerdo con la medida. "Este texto va a favor de todos y en perjuicio de unos pocos", planteó Manuel Ortiz, de la Unión Vecinal Cesaraugusta. Las infracciones se dividirían en graves o leves. Del primer grupo, cuyas multas van de 750,01 a 1.500 euros, formaría parte el botellón, las actitudes racistas, los actos vandálicos, los juegos peligrosos y orinar en la calle. Como sanciones leves figurarían arrojar basura, regar fuera de un horario establecido o lavar vehículos, y el importe oscilaría de 30 a 750 euros.